Aunque intuía que este reality iba a ser un bodrio, anoche me dispuse a verlo desde la más absoluta objetividad. Y tengo que admitir que yo misma me sorprendí, porque superó mis expectativas. No se trata solo de ver a un Jorge Javier Vázquez repetitivo hasta la saciedad, aplicando el mismo discurso que en “Supervivientes”: ya sabéis, la típica pregunta de rigor con la que hacer un chiste fácil, sino que siempre hace las mismas muecas y cuando da paso a alguien del público, éste no puede terminar una frase, porque todo está guionizado.
La gala, en sí, era un más de lo mismo, donde sólo nos habían cambiado el decorado: la falapa ahora es un establo, con sus bloques de heno y poco más, para aderezar un decorado tan cutre como el propio Telecinco. El casting tan indecente que sorprende, ¿qué pinta la fauna de Mujeres y hombres y viceversa entre otras gracias? ¿Es que por narices tienen que subcontratar a todo lo que se publicita a través de La Fábrica de la Tele? El asunto huele mucho… y mal. Pero lo que más me saca de quicio es la presencia de las Nízar. ¿Realmente creen que esta familia –porque madre e hija van en el mismo lote- vende? A mi me asquea, no puedo evitarlo, pero si entonces tengo que ver jalear a una en plató las sandeces que hace la otra en el reality, apaga y vámonos.
Lo único interesante de la noche (porque las pruebitas de recompensa son aburridas como ellas solas) fue la bronca entre Bárbara Rey y la señora de Valladolid, para conseguir el puesto de capataza. Y es triste, la verdad. Parece que la cadena sigue en sus trece de que sin polémica no hay audiencia y todo vale.
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¡Aguanta la pedrá! |
Lo más ridículo es ver a Raquel Sánchez Silva intentando poner algún tipo de orden, eso por no hablar de sus estilismos, que son como para echar a correr. ¡Pero si sólo faltó el barro!
Y de aquellos lodos, el resultado real es que hay tres nominadas: Brenda, Regina dos Santos y Blanca de Borbón.
Fuentes: Foto de Telecinco.es